lunes, 22 de junio de 2015

"La Profe Ruka" es una madre, una amiga y una consejera

 


Respeto, admiración y un gran aprecio es lo que se percibe en esta descripción que hace un aprendiz perteneciente al Programa de Articulación con la Media, de su instructora, Ruth Estela Marín, quien por más de diez años ha trabajado con población vulnerable en diferentes zonas del país.

La ‘Profe Ruka’ como la  llaman cariñosamente sus aprendices, se vinculó al SENA en el 1978 para formarse en el Técnico de auxiliar de enfermería, luego de su graduación paso a la Universidad de Antioquia donde estudió la carrera de enfermería y posteriormente, ya como profesional, regresó a la entidad que más aprecian los colombianos.

“Luego de adquirir las competencias necesarias volví a dar un poco de todos los conocimientos que un día el SENA me aportó, estaba segura que aquí encontraría la forma de ayudar muchas personas a construir su futuro”, señala Ruth al recordar sus comienzos como instructora. 

El deseo de ayudar a los más necesitados la llevó a postularse para trabajar con la comuna 13 de Medellín (Antioquia), un lugar con población vulnerable y gran necesidad de educativa donde la ‘Profe Ruka’ daría sus primeros pasos como instructora, y donde también, pasaría los siguientes años hasta 2014, luego solicitó traslado para Soacha (Cundinamarca), por el cambio laboral de su esposo.

Llegar a trabajar a una zona vulnerable ya no era nada nuevo, sin embargo le conmovió lo que encontró, "cuando llegué a este lugar sentí un gran dolor en mi corazón al ver el entorno donde estos jóvenes crecen asediados por la delincuencia, las drogas y el pandillismo, pero también vi que aquí podríamos hacer grandes cosas con la formación del SENA", dice con tono decidido.
                                                                                                                                                                                                                 
Pronto asumió su rol y empezó a acercarse a sus aprendices, a conocerlos desde el lado humano, y a entender mejor su entorno, “ellos necesitan mucha ayuda, en especial necesitan afecto y creo que eso es lo que más ha contribuido a la superación de estos jóvenes”.

La población en general de esta zona de Soacha se caracteriza por el desplazamiento que un día tuvieron que realizar debido a la violencia que se presentaba en algunas regiones del país, no es raro encontrar mujeres cabezas de familia, viudos, huérfanos y jóvenes que han crecido en carencia de alimentos, educación y falta de oportunidades.

Cuando la entidad más querida por los colombianos llegó con sus primeros instructores a la zona, la vida para muchos de ellos empezó a cambiar y a transformase, había otra razón para mirar el futuro con ojos nuevos, su entorno de fronteras invisibles, violencia y discriminación pronto tendría una ruta hacia un territorio de paz.


Ruth Estela Marín se ha convertido en la mejor consejera para sus aprendices del Técnico Apoyo en Administración de Salud, este año esperan graduar, conjuntamente con sus colegas, a cerca de 200 aprendices.  
El trabajo de los instructores dio sus primeros frutos a finales del año anterior cuando se graduaron los primeros 150 aprendices, a través del Programa de Articulación con la Media, en el colegio Buenos Aires del barrio Bella Vista de la Ciudadela Sucre.

Un caso sobresaliente es el de Jenny Arévalo, aprendiz que el año pasado salió del Técnico en Salud Ocupacional y gracias a su buen puntaje en el ICFES logró ser beneficiaria del Programa Ser Pilo Paga, esto le permitió empezar su formación profesional en la carrera de derecho en la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

“El SENA nos  permitió romper esas barreras invisibles de la zona donde vivimos, cuando llegó la profesora Ruth Estela con su instrucción todo empezó a cambiar para nosotros, ella nos mostró la importancia de la convivencia, nos enseñó que más que un grupo de estudiantes éramos una familia, que nuestros sueños se podían conseguir si trabajamos en equipo y que la unión hace la fuerza”, señaló Jenny.

Otro testimonio que acredita la labor de los instructores como, Ruth Estela, es la historia de un joven, que a los 12 años empezó a consumir drogas, a los 13 ya era miembro de una de las pandillas de la ciudadela, y que por su carácter violento, fue expulsado de dos colegios del sector; su vida cambio cuando ingresó a un programa de rehabilitación  y luego decidió formarse con el SENA, este joven de 17 años hace parte de los 43 que actualmente se forman con la instructora Ruth Estela en el colegio Buenos Aires.

“Las personas para cambiar su estilo de vida necesitan educación y una nueva esperanza de vida, pero sobre todo una mano amiga que fortalezca y ayude a superar las debilidades y eso es lo que encontramos en la profesora Ruth, es como una madre, amiga y consejera”, manifestó Emmanuel*. (Nombre cambiado)

Dos instructores más trabajan hombro a hombro al lado de Ruth Estela, Javier Pino y Viviana Garavito quienes ingresaron al colegio Buenos Aires a comienzos del año con el ánimo de fortalecer con sus conocimientos a esta población vulnerable.

“Cuando imparto la formación a estos jóvenes me veo reflejado en sus experiencias, yo también fui desplazado y se lo que es estudiar con hambre, pero también sé lo es luchar por un sueño y lo valiosa que es una institución como el SENA, donde también fui aprendiz”, señaló el instructor de Administración de Eventos deportivos, Javier Pino.

Actualmente se forman cerca de 200 jóvenes en programas como Técnico en Ensamble de Computadores, Técnico en Software, Técnico en Asistencia Administrativa, Apoyo en Administración de Salud y Técnico en Comercio de Ventas entre otros.
     
“La función que cumple el SENA con sus instructores es muy valiosa por el tipo de población que vive en esta área, nosotros tenemos dos sedes y en las dos nos están apoyando; es muy gratificante ver tantas historias de vida, de superación que son un claro ejemplo de un impacto positivo en los jóvenes, Dios me premió con un excelente equipo de instructores”, destacó Andrea Pinzón Acosta, Coordinadora Académica del Colegio Buenos Aires.

Ruth Estela es un referente de nuestros instructores que día a día realizan una labor que transforma vidas, su sentido de pertenencia con la población vulnerable no ha sido circunstancial “si tuviera que elegir el sitio donde impartir mis conocimientos no lo dudaría escogería el mismo sitio donde ha sido más pertinente mi trabajo: con población vulnerable”, agregó Ruth Estela.